Hace unos días me ofrecí para ir a Guatemala con un solo objetivo, estar a tu lado.
No me agrada viajar tanto y mas cuando se trata de estar en una cuidad en donde el tiempo literalmente vuela, pero en mi mente solo había un solo objetivo, y ese era estar contigo. No me importó el hecho de dormir una hora y tener que conducir durante la madrugada, ya que estaba muy entusiasmado con el solo hecho de poder verte y tenerte a unos centímetros de mi y demostrarte cuanto TE EXTRAÑO Y LO MUCHO QUE LE HACES FALTA A ESTE IDIOTA.
No lo voy a negar, pensé que te tendría que esperar una eternidad, pero el destino hizo que mi agonía no fuese tan larga sino todo lo contrario. Me sudaban las manos y estaba muy nervioso, no dejaba de mirar el reloj y solo me decía "vamos a llegar a tiempo", y así fue llegue justo a tiempo, fue cuando vino la espera, que mas que espera fue una especie de tortura pues estaba a unos pasos de tu lugar de trabajo y no poder entrar y robarte, creo que esa fue la peor parte.
Pero todo eso cambio cuando te vi en el horizonte y como un niño me lancé a saludarte. Te confieso que dentro de los planes no estaba el tema de nuestro regreso, pero fue inevitable pues al verte fue mi corazón quien se adueño de mi boca y pedía a gritos decirte que estoy mal sin ti, que tu ausencia me ha hecho infeliz, al punto que cuando suspiro digo TU NOMBRE y cuanto TE AMO, quedando un espacio de tiempo en el que simplemente mi mente se apaga y le toma un tiempo volver a hacer lo que el suspiro interrumpió.
Fue muy duro ver que sigues en la misma postura, pues la herida aun esta muy fresca y más duro fue cuando te tuve que dejar en la puerta de tu casa, pues en ese instante deseaba que nuestros cuerpos se fundieran y no tener que separme de tu lado. Por ahora no hay mucho que pueda hacer para demostrarte lo mucho que vales para mi, pero lo poco que hago lo hago con todo mi amor.
Ahora solo tengo un recuerdo de esa noche, un lindo recuerdo plasmado en una fotografía que llevo muy cerca de mi corazón, que es donde tu habitas.
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